Barna Centre

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El comercio pone una silla para nuestros mayores

15 de octubre de 2012

Cuando sale a comprar, Dolors, vecina del Gótico, se puede sentar en las sillas que los comerciantes del barrio han colocado en sus establecimientos en el marco de la iniciativa de comercios amigos de la gente mayor. Esta acción, que ha puesto en marcha el distrito a partir de las demandas de los vecinos y los comerciantes, quiere ayudar las personas grandes en sus recorridos pero también fomentar las relaciones entre vecinos y comerciantes.

Ciutat Vella ha sabido transformar una queja vecinal en una propuesta alentadora y útil para las personas grandes del barrio, con una iniciativa a través de la que cerca de noventa tiendas ofrecen sillas a la gente mayor para que se siente a reponer fuerzas.

Agrupados en una red de comercios de amigos de la gente mayor, los comerciantes han colocado sillas plegables con una pegatina y una planta que las identifica como tales.

De este modo, personas grandes como Dolors, vecina del barrio de toda la vida, encuentran lugares donde sentarse y descansar cuando pasean o vuelven de comprar.

Fue precisamente Dolors, junto con la Asociación de comerciantes de la calle de Avinyó, quién alertó al distrito de la carencia de espacios para sentarse que sufría la gente mayor después de la retirada de los bancos de la plaza de Sant Miquel debido a las obras de la escultura de los castellers.

A pesar de que los bancos de la plaza ya se han repuesto, Ciutat Vella ha decidido incrementar estos espacios de reposo en el Año Europeo del Envejecimiento Activo con esta original propuesta.

Para llevarla a cabo, el distrito ha estudiado los itinerarios más habituales que hacen las personas grandes en los diferentes barrios según la ubicación de los equipamientos y servicios y ha podido saber así los puntos más idóneos para ubicar este nuevo mobiliario amable.

Cerca de unas cuarenta sillas se ubican en Santa Caterina, San Pedro y la Ribera, y unas veintiséis en el Gótico, dos de los barrios más activos, mientras que el Raval y la Barceloneta cuentan con quince y nueve sillas, respectivamente.

Aparte de la mejora en los desplazamientos que las personas grandes hacen en sus barrios, la propuesta va más allá y busca potenciar las relaciones entre estas personas y los comerciantes con el objetivo, tal y cómo afirma la regidora, de "contribuir a hacer barrio".

Así mismo, en unos barrios que se han ido poblando cada vez más de personas procedentes de todas partes, cuando Dolors sale a comprar puede parar a charlar en la peluquería, la cafetería o la tienda de ropa y saber que las personas que trabajan la pueden ayudar en cualquier cosa que necesite

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