Una pastelería tradicional, que con sus dulces artesanales, lleva endulzando la vida de los barceloneses, más de 150 años.
Una pastelería tradicional que lleva endulzando la vida de los barceloneses, más de 150 años. Su presencia en el Barrio Gótico se remonta al año 1834 y hace ya medio siglo pasó a manos de la familia Gil - Ribes.
Este establecimiento único, destaca por la elaboración artesanal de los productos de panadería y pastelería tradicional catalana, que ofrece a sus clientes. Su gran vitrina repleta de dulces con una pinta deliciosa, atrae a los transeúntes a entrar y probar alguno de sus postres.
Por tres generaciones estuvo en manos de la misma familia, pero recientemente Núria Pagés ha decidido jubilarse y el negocio ha pasado a otras manos, con el compromiso de mantener vivo el legado y carácter tradicional de esta pastelería centenaria.