Más de 150 años endulzando a los barceloneses y a todos los que visitan el Barrio Gótico.
Esta emblemática pastelería, es de las más antiguas de la ciudad, con más de 150 años endulzando a los barceloneses y a todos los que visitan el centro histórico. En sus inicios se llamó “Ca L’Abella” y luego en la época de Franco, cambió su nombre a La Colmena.
Es un tesoro no solo por sus dulces, sino también por el local, que fue remodelado en 1950 por César Martinell (colaborador de Gaudí) y su característica fachada, bañada en pan de oro.
Hoy en día sigue tentándonos con sus delicias dulces, expuestas en sus escaparates de cristal. Cede a la tentación y degusta algunos de los carquinyolis, caramelos, bolados, merengues y más, que ofrece.