Un dulce viaje en el tiempo, donde poder disfrutar de una taza de chocolate caliente con churros.
Hace más de 80 años, en 1941, abre sus puertas una de las chocolaterías más conocidas de Barcelona, la Granja Dulcinea, fundada por Juan Mach y Elvira Farràs. Desde entonces varias generaciones han disfrutado mojando churros en una taza de chocolate caliente, en este local icónico.
Su estilo de decoración te traslada a otras épocas, e incluso, su mobiliario se asemeja al original. Sin lugar a dudas, es un placer contar con estos espacios patrimoniales que han sabido resistir al paso del tiempo y que la familia Mach sigue regentando con mimo.
Te invitamos a perderte por la calle Petritxol en una tarde de invierno y darte el lujo de parar a tomarte una taza de chocolate con churros.