La Casa de la Estilográfica de Barcelona, abre sus puertas hace más de 80 años, en 1938, inspirada en una tienda que el abuelo de Roberto Candales - su actual propietario- había visto en un viaje a La Habana. Su primera ubicación fue en las pequeñas tiendas de una estación de metro, cerca de la que sería la Avenida de la Luz, aunque actualmente podemos encontrarla en la calle Fontanella.
La pluma ha sido considerada un objeto elegante, y gracias a ello, en los años cincuenta esta tienda vivió su época dorada. Más adelante, cuando el bolígrafo entró en el mercado, tuvo que reinventarse para poder sobrevivir, con nuevos materiales, mejores diseños y un exquisito servicio al cliente. Y lo consiguió, por lo que hoy sigue teniendo un gran número de clientes fieles y siendo un referente en el mundo del coleccionismo.