Un bar clásico de Barcelona ubicado en el Barrio Gótico muy cerca del Port Vell y que lleva más de 70 años sirviendo las mismas tapas que le han dado su fama. Josep y Quimeta abrieron el local en 1945 y decidieron centrarse en pocos platos, pero bien hechos.
Este establecimiento único es pequeño, pero con mucha personalidad, con solo unas seis mesas y un par de barriles en la terraza. Detrás de la barra está, Pepe Gómez, un camarero que es toda una institución del lugar, ya que lleva casi 50 años trabajando en La Plata.
La selección de tapas que le han dado su éxito, se reduce a: una sencilla ensalada de tomate, cebolla y aceitunas, anchoas, fritura de pescaíto y butifarra. Poca variedad, pero todo elaborado con producto de temporada y de excelente calidad y bañado con un vermut Montana Perucchi o un pequeño porron de vino.