Nace en la década de los 40, hace más de 80 años, tras el fin de la guerra civil, como un taller dedicado a la fabricación de las alpargatas tradicionales, adaptándolas al concepto de la moda de la época. Una visión muy innovadora que internacionalizó un calzado autóctono catalán y que estaba asociado a las clases trabajadoras.
Esta tienda emblemática, que lleva varias generaciones en el corazón del Barrio Gótico, ya forma parte del patrimonio cultural de la ciudad.
Es un gusto poder visitarla y contemplar el amplio surtido de alpargatas de su exposición, además de sombreros y un montón de accesorios. Con una clara vocación de servicio al cliente y un producto artesano completamente fabricado en Barcelona, asesoran para que cada uno encuentre el modelo que mejor se le adapta.