Calle de la Canuda

La plaza Villa de Madrid nació a finales de los años 50, a raíz de una reforma urbanística acometida sobre el solar que había sido ocupado por el Convento de Santa Teresa de las carmelitas de descalzas, y que dejó al descubierto una necrópolis romana en perfecto estado, enterrada en el subsuelo. En su inauguración, en 1958, se incluyó la fuente con la escultura de mármol blanco de la Maja Madrileña, obra del artista Lluís Montané.

Según rescata la escritora Elisenda Albertí en su libro  Mujeres de Barcelona, el origen del nombre de la calle Canuda se basa en una historia de amor hacia una mujer a la que se la conocía cómo la Canuda, una joven criada de la que se enamoró un joven heredero. El padre de ésta no dio permiso para celebrar el matrimonio, ya que no quería que siendo la joven de origen humilde, quedara sometida por la fortuna de él. Para solucionarlo, el joven cedió la mitad más un céntimo de su patrimonio a la Canuda, con quién finalmente se casó, y ella fue reconocida como una gran dama.

En el Palau Savassona de la calle Canuda tiene su sede el Ateneu Barcelonés, una institución que acompaña desde hace más de 150 años la cultura catalana y que, además de una gran agenda cultural, dispone de la biblioteca civil privada más importante de Catalunya.

Comercialmente ha sido una calle conocida por sus librerías, la Llibreria Tartessos o la libreria La Canuda, hoy ya cerradas, o la aún en activo Llibreria Antiquaria Farré y por un comercio variado, entre el que destaca por su especialización, Flora Albaicín, tienda de referencia para alumnos y profesionales del baile flamenco, el Restaurante Govinda, uno de los primeros restaurantes vegetarianos de Barcelona, o Casa Félix, una merceria fundada en 1939.