Este negocio familiar abrió sus puertas en 1920, por lo que lleva más de 100 años atendiendo en la Plaza del Pi. Es uno de esos establecimientos del Barrio Gótico que nos evoca otras épocas.
Un referente en el sector textil y especializados en la decoración centrada en detalles como: cordones, borlas, flecos y galones en variedad de colores, materiales y texturas.
Gracias a su buen hacer, ha logrado crear una clientela fija, relacionada con el oficio como sastres y bordadores y sus bonitos escaparates llaman la atención de los visitantes de la concurrida Plaza del Pi.
Hoy en día la tienda está en manos de Joan Soler, tercera generación de la familia, que sigue trabajando por mantener este legado y esmerándose por seguir teniendo la confianza de sus clientes.